sábado, 27 de agosto de 2005

Capital: Rojo Trip

<>Solo a mi se me ocurre escribir una columna sobre un programa de TVN mientras negociaba una posible pega en el mismo canal. Pastelito. Me imagino que peque de ingenuo...en fin. Esta es la columna en cuestion, publicada en revista Capital hace algunas semanas.

Rojo Trip

Los gringos la conocen hace ya un tiempo. Ha generado dividendos jugosos en la televisión y se adueña de la pauta de cuanta publicación farandulera exista. Es extrañamente irresistible y al parecer, hasta el momento, imbatible. Celebriality se llama del juego; y tal como su nombre lo indica el asunto no es mas que la mezcla de dos de los ingredientes mas potentes de la pócima del enterteinment de los últimos años: realities y celebridades. La Granja Vip ya demostró que el asunto es rentable y con ese precedente, este explosivo formato pretende ahora conquistar el mundo de la música con Rojo Vip, un híbrido tan genial como putrefacto, dependiendo de por donde se le mire, por cierto.

Rojo Vip, la nueva apuesta concurso-evento-celebriality-musical de TVN es comercialmente brillante. Si ya habían logrado en Rojo levantar algunas estrellas emergentes como Maria José Quintanilla- alcanzando de pasadita audiencias más que razonables- esta vez la tarea es mucho más fácil, ya que la idea de Rojo Vip apunta a dos elementos profundamente instalados en nuestra forma de divertirnos hoy por hoy: el culto a la nostalgia (lo que algunos llaman pésima y erróneamente kitch) y el morbo (esa inagotable inclinación a disfrutar de la miseria ajena). Si, porque Rojo Vip tendrá básicamente el mismo formato de Rojo, pero esta vez con ex-“estrellas” de la canción chilena como Oscar Andrade, Flor Motuda, Irene Llano, Alvaro Scaramelli, Cristóbal y el mismísimo Negro Piñera, entre otros, quienes lucharan por volver a ser las “estrellas” que nunca fueron, utilizando el mismo repertorio que todos les conocimos y, me imagino, una que otra sorpresa. Se venderán discos, correrán lágrimas, tendremos vergüenza ajena y recordaremos tiempos pretéritos. Es decir, éxito garantizado.

Pero es la otra cara de Rojo Vip- la de los músicos- la que resulta más interesante, y claro, aterradora, ya que es el reflejo de una de las vetas más miserables de la condición humana: nuestra infinita capacidad de errar por ambición. Uno se pregunta qué carajos hacen todos esos cantantes en un programa como este, y la respuesta es algo más profunda y dolorosa que la meramente financiera. Yo creo que las “estrellas” de Rojo Vip van a reencontrarse con su público, como algunos de ellos han reconocido, y es precisamente aquí que el affaire de TVN se torna una experiencia patética: Estos cantantes confunden un circo de burlas y humillaciones con una glamorosa alfombra roja y confeti cayendo del cielo. Hay que decirlo, Rojo Vip podrá ser todo lo rojo que quieran, pero de Vip no tiene nada y el puñado de músicos que participarán en él creen que se les devolverá algo de la dignidad perdida que supone el olvido en este gremio, pero por el contrario, perderán lo poco de dignidad que les quedaba, ya que el publico- más que recordarlos o revalorarlos- festinará a mandíbula batiente viendo a figuras ya caídas intentar levantarse fuera de tiempo y en horario prime. Finalmente ¿que clase de siutiquería es esa de “mi publico”? ¿Qué extraña necesidad o deuda tienen estos cantantes con esa entelequia? Mi impresión es que lo que ellos llaman mi público es precisamente la razón de su desgracia. Tirano temperamental, amor histérico de altos y bajos; es el público el que ha mantenido a estos músicos adictos a una droga que no pueden comprar. Esta vez el dealer se llama TVN y la maraña de hilos comerciales y afectivos que son las adicciones es siempre terreno fértil para la genialidad y la podredumbre humana.

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1 comentario:

Roberto Iza Valdés dijo...
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